Ponga en un cazo 1 taza de leche, unas rodajas de cebolla, 1 hoja de laurel y 6 granos de pimienta.
Cuando hierva, retire la cazuela del fuego y déjelo en infusión 10 minutos; cuele la leche.
Derrita en un cazo 30 g de manteca y rehogue 1 cucharada de harina fuego medio durante 1 minuto hasta que esté dorada
y salgan burbujas.
Vierta la leche poco a poco, removiendo bien cada vez, hasta que la salsa quede bien fina.
Una vez incorporada toda la leche, continúe removiendo a fuego medio hasta que la mezcla hierva y se espese.
Deje que hierva 1 minuto más y retire la cazuela del fuego, salpimente.
Para una taza.
La infusión de la leche con cebolla, laurel y pimienta enriquece la salsa.
Use leche entera si la salsa lleva más ingredientes que le den sabor.
SECRETO
La harina debe rehogarse con la mantequilla, lo que se conoce como roux, durante 1 minuto para que sepa cruda.
Se añade después la leche poco a poco, removiendo bien cada vez hasta obtener una pasta fina.
Puede añadir la leche más deprisa según vaya terminándola, pero debe deshacer todos los grumos antes de añadir más, luego
ya no podrá.
Si la deja reposar unos minutos antes de servirla, ponga plástico transparente directamente sobre su superficie para que
no se seque.
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